El emprendimiento implicará una inversión cercana a los 7,96 millones de dólares y se desarrollará en un predio de 150 hectáreas ubicado en el departamento de Rawson, cerca del límite con Pocitos. Allí, se destinarán 147 hectáreas a la siembra de maíz, que junto con residuos alimentarios y estiércol conformará la base del proceso de digestión anaeróbica.
La planta contará con una potencia instalada de 2,8 megavatios (MW) y una producción anual estimada de 19.300 megavatios hora (MWh), de los cuales aproximadamente 17.520 MWh netos serán inyectados al Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Esta capacidad representa un aporte significativo a la generación de energía renovable del país.
Además de la electricidad, el complejo producirá unas 44.000 toneladas anuales de biofertilizantes. Este subproducto permitirá cerrar el ciclo productivo en términos de economía circular, agregando valor ambiental al emprendimiento.
El origen de este proyecto se remonta a una convocatoria nacional e internacional impulsada por Cammesa, la compañía administradora del mercado eléctrico mayorista, que buscaba sumar generación renovable en áreas críticas de la red eléctrica. Biogeneradora Centro SA resultó adjudicataria de uno de los proyectos de mayor escala, con un contrato de venta de energía a 188,3 dólares por MWh.
Durante la audiencia pública realizada la semana pasada, la empresa presentó ante la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable de San Juan los detalles técnicos y ambientales del proyecto. Según los responsables, la ubicación fue elegida estratégicamente por la proximidad a la planta de tratamiento de líquidos cloacales de OSSE en Cerrillo Barboza, lo que permitirá optimizar la logística de recolección de residuos.
Aunque el plazo oficial para la ejecución de la obra es de 24 meses, desde la empresa señalaron que podrían reducirlo a 18 meses, con el objetivo de inaugurar la planta a fines de 2026 o principios de 2027.
Durante la etapa de construcción y operación, se prevé la creación de 30 puestos de trabajo directos, con turnos rotativos y un centro remoto de operaciones para el control tecnificado del proceso.
“Buscamos contribuir al desarrollo industrial de la zona, generar empleo genuino y aportar a una matriz energética más sustentable”, indicaron desde la compañía.
El proyecto se convierte así en el primero de su tipo en la provincia de San Juan, marcando un precedente en materia de generación renovable basada en la utilización de cultivos y desechos orgánicos.
La inversión también forma parte de la estrategia nacional de diversificación de la matriz energética y de reducción de emisiones contaminantes, en sintonía con los compromisos internacionales asumidos por Argentina.
La producción de biogás en el país ya cuenta con antecedentes en otras provincias, pero este desarrollo se destaca por su escala y por la integración de procesos agrícolas y urbanos en un mismo sistema productivo.
Con este paso, San Juan fortalece su perfil como territorio receptor de inversiones vinculadas a la economía circular, en un contexto en el que la generación limpia y el aprovechamiento eficiente de los recursos se posicionan como ejes centrales del desarrollo energético argentino.
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