La empresa, fundada por Diego Sebastián Trabucco y Javier Agustín Basso, exejecutivos de YPF, comenzó el 2025 con un fuerte impulso, gracias a la prórroga de las concesiones de áreas clave como Entre Lomas Río Negro, 25 de Mayo – Medanito y Jagüel de los Machos en la Cuenca Neuquina. Esta extensión, por un período de 10 años, garantiza la estabilidad de Aconcagua Energía en la región hasta 2036, un paso fundamental para continuar con su expansión.
La prórroga de las concesiones fue acompañada por un ambicioso plan de inversiones de más de 50 millones de dólares, orientado a mejorar la eficiencia y optimizar las operaciones en los campos mencionados. Aconcagua Energía adquirió estos activos en un acuerdo con Vista, la compañía de Miguel Galuccio, que se concentró en los recursos no convencionales, lo que posicionó a Aconcagua entre las principales operadoras de hidrocarburos convencionales en Argentina.
A partir de esta experiencia, Aconcagua Energía lanzó una estrategia para consolidarse y crecer de manera sostenible. Su enfoque en Vaca Muerta no solo responde a la necesidad de expandirse, sino también a la ambición de integrar un modelo que combine la producción convencional y no convencional. Esta integración le permitirá a la compañía diversificar sus riesgos y optimizar los recursos en su cartera.
La compañía tiene previsto concentrar sus esfuerzos en dos áreas clave de Vaca Muerta: Loma Guadalosa, en Río Negro, y Payún Oeste, en Mendoza. Ambas se encuentran dentro de la formación que alberga los principales recursos hidrocarburíferos no convencionales de Argentina, y Aconcagua Energía buscará desarrollar un modelo de negocios que maximice el aprovechamiento de estas áreas.
Desde la empresa destacaron que la presencia en estos dos activos estratégicos será crucial para su crecimiento futuro. Según Julio Ongaro, director de Operaciones de Aconcagua, la compañía trabaja en un modelo de negocios dinámico y sostenible, que le permitirá evaluar escenarios y tomar decisiones estratégicas sobre la inversión y expansión. Esto, sumado a la consolidación de su negocio convencional, facilitará una entrada gradual, pero efectiva, en el mercado de Vaca Muerta.
En el corto plazo, Aconcagua Energía se concentrará en la realización de estudios geológicos en las áreas de Payún Oeste. La información que se obtenga a partir de los pozos perforados en la región neuquina de Mendoza será clave para definir el potencial de la formación y realizar las estimaciones pertinentes. Este análisis permitirá a los especialistas contar con datos concretos y precisos para avanzar en la toma de decisiones.
Simultáneamente, la compañía se enfocará en el primer pozo exploratorio de Loma Guadalosa, en la provincia de Río Negro. En este sentido, Aconcagua Energía está en conversaciones con un posible socio internacional de prestigio, que podría sumarse a esta fase inicial del proyecto. La cercanía con otras operadoras que ya están perforando en la zona genera grandes expectativas, dado que los resultados en las áreas vecinas han sido muy prometedores.
El proyecto no solo implica un importante desafío de exploración, sino también una inversión significativa para la reactivación de pozos existentes y la planificación de nuevas perforaciones. A medida que avance la exploración y el desarrollo de los recursos no convencionales, Aconcagua Energía podría aumentar sus inversiones, lo que contribuiría a consolidar su presencia en Vaca Muerta.
En términos de infraestructura, la compañía enfrentará retos logísticos en la región de Payún Oeste, aunque la cercanía de oleoductos y otras instalaciones clave facilitarán el desarrollo del proyecto. Esta área tiene el potencial de ser un motor de crecimiento para el sector hidrocarburífero de Mendoza, debido a su alta proporción de gas asociado.
Por otro lado, Loma Guadalosa se encuentra en una de las zonas más prometedoras de Vaca Muerta, lo que abre la posibilidad de sinergias con los campos convencionales que Aconcagua Energía ya opera. Esta integración de modelos de producción sería un avance significativo para la compañía, ya que le permitiría optimizar los recursos y maximizar la rentabilidad de sus operaciones.
Ongaro destacó que la compañía tiene previsto comenzar las actividades exploratorias en 2025, con un período de análisis y evaluación que se extenderá hasta 2026. Si los resultados obtenidos son positivos, Aconcagua Energía no solo hará anuncios importantes para Mendoza y Río Negro, sino que también podrá pasar a la fase de producción en ambos yacimientos.
La incorporación de un socio internacional en la etapa inicial de exploración en Loma Guadalosa refuerza la estrategia de Aconcagua Energía de buscar alianzas clave para reducir los riesgos asociados a la exploración de recursos no convencionales. El respaldo de un aliado con experiencia y conocimientos en el sector fortalecerá las perspectivas de éxito en el desarrollo de estos activos.
Con una visión a largo plazo, Aconcagua Energía espera que la combinación de su experiencia en la producción convencional y su incursión en el mundo no convencional de Vaca Muerta le permita consolidarse como uno de los actores clave en la industria energética de Argentina. La compañía está comprometida con la innovación, la sostenibilidad y el crecimiento, lo que augura un futuro prometedor para sus operaciones en la región.
Si los proyectos de Payún Oeste y Loma Guadalosa se desarrollan conforme a lo previsto, Aconcagua Energía podría convertirse en un referente en la industria del petróleo y gas no convencionales, contribuyendo al crecimiento económico de Mendoza, Río Negro y la región patagónica en su conjunto.
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