La mayor parte de la reducción en las reservas globales se atribuye a la producción anual de petróleo y a ajustes a la baja en los recursos contingentes de los descubrimientos. Arabia Saudita, en particular, ha experimentado significativas revisiones a la baja debido a un cambio en sus prioridades de desarrollo, enfocándose más en perforaciones en tierra firme que en expansiones en alta mar.
En contraste, Argentina ha logrado un incremento de 4.000 millones de barriles, gracias a la disminución de riesgos en proyectos asociados a la formación de Vaca Muerta. Este crecimiento es notable en un escenario donde la exploración de nuevos yacimientos ha disminuido considerablemente desde 2019, debido al temor de los inversores de que los nuevos descubrimientos se vean afectados por la electrificación creciente del transporte y la reducción prevista en la demanda de petróleo.
Rystad Energy también señala que las reservas de petróleo a nivel mundial no son suficientes para satisfacer la demanda futura sin una transición hacia los vehículos eléctricos. La consultora advierte que los intentos de limitar la oferta de petróleo tendrán un impacto mínimo en la mitigación del calentamiento global, subrayando la necesidad de una rápida electrificación del transporte por carretera para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados.
En cuanto a las reservas, los miembros de la OPEP poseen aproximadamente 657 mil millones de barriles de petróleo recuperable, lo que representa el 40% del total mundial. Sin embargo, estas cifras podrían estar sobreestimadas, especialmente en países como Venezuela, Irán, Libia y Kuwait. En América Latina, países como Brasil, México, Argentina, Guyana y Venezuela han mantenido o incrementado marginalmente sus reservas, destacando la estabilidad de la región frente a la volatilidad global.
La transición energética y la lucha contra el cambio climático siguen siendo factores determinantes en la evolución del mercado petrolero. Rystad Energy proyecta que la producción mundial de petróleo alcanzará su máximo en 2030, para luego descender gradualmente, en un escenario que mantendría los precios del crudo alrededor de los 50 dólares por barril y limitaría el calentamiento global a 1,9 grados. En este contexto, aproximadamente un tercio del petróleo recuperable del mundo quedaría sin extraer debido a los costos no rentables de desarrollo.
El informe de Rystad Energy también resalta la importancia estratégica de Vaca Muerta no solo para Argentina, sino para la seguridad energética global. La formación, considerada una de las más grandes reservas de petróleo y gas no convencionales del mundo, ha sido clave para que Argentina se mantenga competitiva en el escenario energético, atrayendo inversiones extranjeras y desarrollando infraestructura crítica. Este avance, sin embargo, se enmarca en un contexto global de incertidumbre donde la presión por una transición hacia energías más limpias es cada vez mayor.
A medida que los países avanzan en sus compromisos de reducir las emisiones de carbono, el papel del petróleo en la economía mundial podría cambiar radicalmente. Las proyecciones a largo plazo sugieren que, a medida que la electrificación del transporte y la adopción de energías renovables se aceleren, la demanda de petróleo podría disminuir más rápidamente de lo esperado. Esto plantea un desafío significativo para las naciones productoras de crudo, que deberán equilibrar la explotación de sus recursos con la necesidad de diversificar sus economías y adaptarse a un futuro energético más sostenible.
Argentina se destaca en el escenario mundial del petróleo gracias a Vaca Muerta
Argentina emerge como un caso excepcional en el contexto global del petróleo, siendo el único país en registrar un incremento en sus reservas recuperables de crudo durante 2024, según un informe de la consultora Rystad Energy. Este aumento, impulsado por el desarrollo continuo del yacimiento de Vaca Muerta, contrasta con la estabilidad general de las reservas mundiales, que se mantuvieron alrededor de los 1,5 billones de barriles, una disminución de 52 mil millones de barriles respecto a 2023.
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