El plan de desinversión de YPF ya está en marcha con la venta de 55 campos maduros bajo el denominado proyecto Andes. En este marco, se concretaron operaciones en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut. Ahora, la petrolera busca desprenderse de los yacimientos convencionales restantes, lo que supone la transferencia de cerca de 50 bloques hidrocarburíferos adicionales.
Entre los activos en proceso de venta se encuentra Manantiales Behr, el último yacimiento de YPF en Chubut. Fuentes del sector indican que hay varias empresas interesadas en adquirirlo, entre ellas Pecom, Capsa y Crown Point.
En Santa Cruz y Tierra del Fuego, el proceso de salida de YPF tomará un rumbo distinto. En lugar de una venta directa, los bloques serán revertidos a las provincias. En el caso de Santa Cruz, Fomicruz será la entidad encargada de reconcesionar las áreas hacia mediados de 2025.
Marín explicó que este traspaso masivo de activos maduros es el primero de su tipo desde la reforma constitucional de 1994. "Santa Cruz y Tierra del Fuego serán el caso testigo para futuras devoluciones de áreas a las provincias", destacó el CEO de YPF durante un evento del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) en Houston.
El directivo reconoció que, en algunos casos, la compañía enfrentó dificultades para salir de ciertas áreas debido a la existencia de pasivos ambientales y financieros superiores a los activos disponibles. Como ejemplo, mencionó el caso de Tierra del Fuego, donde una licitación fue rechazada debido a las onerosas condiciones exigidas.
Con miras al futuro, YPF se enfocó en fortalecer su presencia en Vaca Muerta. Recientemente, la empresa cerró un acuerdo con la gobernación de Neuquén para obtener cuatro nuevas concesiones no convencionales (CENCH). Como parte del compromiso, YPF invertirá aproximadamente 20.000 millones de dólares en la región en las próximas décadas.
La apuesta por Vaca Muerta responde al potencial de esta formación geológica, considerada una de las más importantes del mundo en materia de hidrocarburos no convencionales. La empresa buscará optimizar su producción mediante tecnologías avanzadas y nuevos modelos operativos.
Este cambio estratégico implica una transformación en la estructura organizativa de YPF. La salida de los yacimientos convencionales permitirá a la compañía reducir costos operativos y focalizar su expertise en la extracción de shale oil y shale gas.
Para los mercados y actores del sector, la decisión de YPF representa un movimiento audaz que podría redefinir el mapa de la producción de petróleo y gas en Argentina. Se espera que otras empresas privadas tomen control de los activos convencionales liberados.
En el ámbito político y económico, el cambio también genera interrogantes sobre el impacto que tendrá en las provincias productoras. Mientras algunas recibirán nuevos inversores, otras podrían enfrentar desafíos para sostener la actividad y el empleo en el sector.
La reestructuración de YPF se alinea con una tendencia global de transición hacia modelos de explotación más eficientes y competitivos. La compañía estatal busca posicionarse como un líder en el desarrollo de hidrocarburos no convencionales en la región.
Con la vista puesta en 2026, YPF avanza en una redefinición de su identidad corporativa. La compañía dejará atrás su pasado ligado a los yacimientos convencionales para concentrarse en el desafío de potenciar Vaca Muerta como motor clave de la energía argentina.
YPF se desprenderá de todos sus yacimientos convencionales (y se enfocará en Vaca Muerta a partir de 2026)
El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, anunció desde Houston que la petrolera estatal venderá la totalidad de sus yacimientos convencionales en Argentina. La medida representa un giro histórico en la estrategia de la compañía, que a partir de 2026 canalizará todas sus inversiones en el desarrollo de Vaca Muerta.
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