El estudio revela que, a pesar de que la producción de minerales clave aumentó durante el último año, los ingresos de las 40 principales empresas mineras del mundo (excluyendo las dedicadas al oro) se redujeron más del 3%. Este descenso se explica principalmente por el alza en los costos de producción y la caída de los precios internacionales de los minerales.
En contraste, las compañías mineras centradas en el oro registraron un notable desempeño. Sus ingresos crecieron un 15% y el EBITDA se incrementó un 32%, beneficiadas por precios récord que consolidaron su posición en el mercado.
El informe también analiza la evolución de las fusiones y adquisiciones (M&A) en el sector. Durante 2024 se concretaron 280 transacciones relacionadas con minerales críticos como cobre, litio, níquel, zinc, uranio, tierras raras y manganeso. Si bien esta cifra representa una disminución frente a los 428 acuerdos de 2022 y los 352 de 2023, el valor total de las operaciones se mantuvo relativamente estable al excluir operaciones extraordinarias.
De cara a los próximos años, PwC señala que las compañías mineras deberán priorizar la innovación tecnológica, la eficiencia operativa y el compromiso con las comunidades locales para sostener su competitividad. En este sentido, Leonardo Viglione, socio de PwC Argentina y líder de la industria minera, destacó el rol estratégico de la región: “En Latinoamérica, y particularmente en Argentina, el desarrollo del 'triángulo del litio' ha captado la atención de inversores internacionales”.
Las provincias del norte argentino concentran vastas reservas de litio, un mineral esencial para la electromovilidad y la transición energética global. Sin embargo, Viglione advirtió que será clave generar condiciones de estabilidad y previsibilidad para que las inversiones sean sostenibles en el tiempo.
Otro de los aspectos centrales del informe es la creciente relevancia de la licencia social para operar. La aceptación y el apoyo de las comunidades locales son hoy condiciones indispensables para la viabilidad de los proyectos mineros. Esto obliga a las empresas a fortalecer sus vínculos con la sociedad y garantizar prácticas ambientales responsables.
PwC propone una hoja de ruta que contempla la digitalización de procesos, la adopción de energías renovables y la transparencia en la gestión de recursos. Estas medidas no solo responden a las expectativas de los distintos actores involucrados, sino que también contribuyen a consolidar una minería más competitiva.
La colaboración se perfila como el eje del desarrollo minero en la próxima década. El informe subraya que las oportunidades para trabajar en conjunto con gobiernos, comunidades, instituciones educativas y otras industrias se multiplicarán en todos los niveles del ecosistema.
Entre los ejemplos de colaboración, se destaca la necesidad de que las empresas mineras se asocien con gobiernos locales para desarrollar infraestructura compartida que beneficie a las comunidades: transporte, energía, agua, educación y salud.
Además, PwC sugiere que las compañías fortalezcan la vinculación con instituciones educativas para atraer a nuevas generaciones y fomentar una minería más diversa y tecnológica.
Otro ámbito de cooperación relevante es la relación con industrias adyacentes, como la tecnológica, la energética y la manufacturera. El informe menciona casos en los que productores de metales del grupo del platino impulsan proyectos de hidrógeno como fuente de energía limpia.
Viglione concluyó que los líderes estratégicos deberán adoptar una visión renovada frente a los riesgos sistémicos y a la concentración de recursos. La innovación, la sostenibilidad y la cooperación serán, según sus palabras, las bases de una minería resiliente, inclusiva y preparada para el futuro.