Los datos del informe revelan que el 47% de la población identifica a la minería como generadora de empleo y desarrollo, y un 40% la vincula con la atracción de inversiones extranjeras. A su vez, el 88% considera fundamental que los recursos extraídos se utilicen para desarrollar tecnología nacional, subrayando una fuerte demanda por valor agregado en origen.
El litio es percibido como el recurso del futuro. El 72% de los encuestados tiene una visión positiva sobre su explotación, aunque el 44% expresa reservas por el posible impacto ambiental y social. La participación de empresas extranjeras también divide opiniones: mientras que el 57% la valora positivamente, el 43% considera que debe ser más controlada o incluso prohibida.
En términos de modelo de gestión minera, el 58% de los argentinos prefiere una estructura mixta que combine intervención estatal con inversión privada. Esta postura es más fuerte en el Norte Grande y entre quienes apoyan políticas de incentivo como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), aunque existe una tensión evidente: el 64% cree que el RIGI puede atraer inversiones, pero el 44% considera que ofrece demasiados beneficios fiscales.
El impacto ambiental es la principal preocupación para el 56% de los argentinos, seguido por el uso de recursos naturales (54%) y la percepción de que las empresas son quienes más se benefician (60%). Estas inquietudes también se reflejan en redes sociales, donde el 40% de las menciones sobre minería tienen un tono negativo, centrado especialmente en temas ambientales y de transparencia.
En el plano digital, el discurso de Karina Milei en el PDAC de Canadá generó gran repercusión. Se destacaron proyectos estratégicos como el de litio de Río Tinto y la inversión de Elsztain en Salta, mientras que provincias como Mendoza concentraron la mayoría de los reclamos ambientales.
La mirada federal también tiene un rol clave: San Juan, Catamarca, Jujuy y Salta son las provincias más asociadas con la actividad minera. Uno de cada dos argentinos considera que los gobiernos provinciales deberían tener un rol más activo en la regulación del sector.
Respecto a la minería de cobre, el 58% de los encuestados cree que el gobierno debería priorizar el equilibrio entre regulación y desarrollo. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre los proyectos actuales en este rubro sigue siendo alta.
El empleo en minería continúa en crecimiento: en agosto de 2024 se registraron más de 39.000 puestos de trabajo en el sector, con más de mil empresas operando en el país. No obstante, para la mayoría, aceptar un empleo en el sector dependería principalmente del salario (32%) y del impacto ambiental del proyecto (30%).
Finalmente, el informe destaca que 8 de cada 10 argentinos aceptarían la explotación minera en su provincia si existen estrictos controles ambientales. Esto refleja que, si bien la minería es vista como una palanca para el desarrollo, la sociedad exige que se haga bajo criterios de sostenibilidad, equidad y transparencia.
La minería en Argentina: entre oportunidades económicas y exigencias sociales
La minería en Argentina se encuentra en una encrucijada: mientras su potencial económico es ampliamente reconocido, las demandas sociales por una mayor responsabilidad ambiental y transparencia se intensifican. Según un reciente informe de Taquion Group, solo 4 de cada 10 argentinos tiene una percepción positiva de esta actividad, aunque la mayoría reconoce sus beneficios en términos de empleo e inversión.